jueves, 25 de febrero de 2010

No esperes jugar ajedrez....


Era una noche oscura y fría. Jorge bebía su café sentado en su sillón favorito en la sala de su casa. Su familia dormía y él reflexionaba tantas cosas, que perdió la noción del tiempo. Eran las tres de la mañana, llevó su taza vacía al lavaplatos y abrió el refrigerador para prepararse un refrigerio. Cuando cerró la puerta, vio junto a él, a una figura muy conocida, pero en nada apreciada. La espectacular imagen le arrebató el sueño en un instante, y lo miró fijamente y le dijo con voz tenue:
- ¿Sabes bien a qué he venido?
El asintió con la cabeza y le dijo: - Sí, lo sé. Ya es hora.
La muerte confundida le preguntó a su víctima.
- ¿No vas a llorar?
Todos lo hacen, se arrodillan y suplican, juran que serán mejores, ruegan por una oportunidad.
¿Tú por qué no?
Temeroso aún, y con un nudo en la garganta, Jorge le respondió: - ¿De qué me sirve? Nunca me darás otra oportunidad. Tú sólo haces tu trabajo. - Claro, solo hago mi trabajo.
- ¿Puedo despedirme de mi familia? Cuestionó Jorge con ligera esperanza de recibir un sí.
- Tú has dicho que sólo hago mi trabajo, yo no decido la hora ni el lugar, mucho menos los detalles. Lo siento. Poca gente piensa en su FAMILIA en vida, pero al llegar este momento, todos piden lo mismo.
- No lo entiendes, dijo Jorge con tono de reproche, yo perdí a mi padre cuando tenía 17 años y mi sufrimiento fue grande, pero mi hija menor tiene tan solo 7, déjame decirle que la amo.
- Tuviste 7 años para decírselo, tuviste muchos días libres, muchos cumpleaños, fiestas y momentos en que pudiste decirle a tu hija que la amas. ¿Por qué solo pensaste en tu hija?
- Mi hijo mayor no me creería, y mi esposa, a ella no creo que le interese si la amo o no. Nos hemos distanciado mucho, es una gran mujer y excelente madre, no la supe valorar, ¡cómo me arrepiento! Pero mi niña, no hay día que entre yo por la puerta y no esté ahí para recibirme con un beso.
- Deja de hablar, ya se hace tarde.
- Está bien. Sabes, este momento hace que mucha gente haga conciencia de su vida. LÁSTIMA QUE SEA DEMASIADO TARDE.
Salieron ambos al patio; un extraño tren aguardaba en la calle y lo abordaron.
- No todo es aburrido en la muerte, no te puedo decir lo que pasará, pero te propongo que juguemos ajedrez para matar el tiempo.
Con una sonrisa y una lágrima, Jorge dijo:
- Qué curioso, creí que no tenías sentido del humor. El juego se inició. Jorge no se calmaba, aunque comenzó ganando, consiguió un alfil y un caballo. Pero era obvio que eso no le alegraba.
La muerte le preguntó: - ¿A qué te dedicabas en vida? - Soy, es decir, era un empleado en una fábrica de calzado. - ¿Obrero? No, trabajaba en la administración. - Ah, supongo que tú te encargabas de ver si algo faltaba en producto o dinero. - Si, en parte era así. No entiendo por qué a mí.- No entiendes qué. Ustedes teniendo tantas cosas que hacer se encierran en el trabajo, e olvidan de los sentimientos, no les importan los demás, se vuelven egoístas y violentos, para que al visitarlos yo, demuestren ternura, humildad, tristeza, miedo e incluso lloren. ¿Por qué esperar a que llegue yo, si ya nada podré hacer? - No lo sé... No lo entiendo. - En cambio yo, soy como un simple peón, haciendo lo que debo hacer y nada más. Mientras ustedes, son dueños de su propia vida, capaces de decidir qué harán con ella, ¿y para qué? Si su peor decisión es desperdiciar su vida. - Te creí más cruel, comentó Jorge. El silencio reinó por unos instantes, mientras Jorge ponía en jaque a la muerte.
- Dime, ¿qué pensabas cuando te casaste?
- Pensaba en ser feliz, formar una linda familia, en formar parte de la sociedad.
- ¿Y lo lograste?
- ¿Es broma verdad? Me encontraste solo en mi cocina, durante la madrugada, y te pedí despedirme de mi familia y pedirles perdón.
- Es obvio que no lo hice. Si hubiese mostrado más amor a mi familia, la despedida no hubiera sido necesaria.
Ya las lágrimas se habían secado del rostro de Jorge, y de pronto exclamó suavemente ¡jaque mate!
La muerte sonrió y dijo:
- ¡Felicidades!
Suspiró Jorge y respondió: Es una pena que no sirva de nada. No me importaba ganar, de todos modos ya estoy aquí.
Un simple juego de ajedrez no aleja mi mente de la familia, de mis hijos, mi esposa.
Las lágrimas brotaron de nuevo en el rostro de Jorge, quien se cubrió el rostro con ambas manos.
Y mientras el sollozaba, la muerte exclamó:
- ¡Llegamos!
Jorge intentó calmarse, y al abrir los ojos estaba de nuevo en su viejo sillón, se secó las lágrimas,eran las 6 con 45 de la mañana.
Y en lugar de gritar ¡Estoy vivo! como lo haría cualquier otro, salió al patio y dijo con voz tenue:
- Gracias "DIOS" mío.
Caminó de vuelta a su casa, entró a la habitación de su hija, la tomó en brazos y fue donde su hijo dormía, le hizo cosquillas en los pies, y le dijo:
- Hijo, despierta, es domingo.
- ¿Me despiertas para decirme que es domingo?
- No hijo, los desperté para decirles que los amo.

No esperes jugar ajedrez ....
mucho menos pedir más tiempo; hazlo ahora y dile a tus seres queridos que los amas...

Si estás cerca de Dios, cuando te toque irte, te irás tranquilo y feliz, habrás cumplido tu misión.

Amar y perdonar se convierten en la pareja perfecta


Piensa en cuanto eres capaz de perdonar y tendrás la medida perfecta de cuanta capacidad tienes de amar. Es común escuchar a las personas decir “Yo perdono pero no olvido”. Es extraño. Porque que al recordar, sin duda vas a revivir el dolor que te han causado y lo más probable que vuelvas a sentir rabia, impotencia, rencor, dolor.

El perdón va de la mano con el amor.

¿Para qué perder el tiempo en lo que ya pasó? ¿Quién sufre más?
¿Ese ser humano que cometió el error de herirte?, lo más probable es que ni siquiera tiene conciencia de haberte causado tristeza, por lo tanto, ni lo recuerda. Y si está consiente del daño que ha causado… ¿Quién sufre más? ¿El que hiere o el que es herido?
Sin duda el que hiere.

Piensa que esa persona le gustaría sentirse feliz con su forma de ser, pero su carácter no se lo permite y es más, tal vez es su mejor coraza para defenderse de un mundo cada vez más deshumanizado. Pero aún así, le gustaría ser distinta… Por lo tanto, sufre más que tú.

El amor lo puede todo y transforma todo. Cicatriza heridas, borra huellas de dolor y tristezas, da cabida al perdón, al entendimiento, a la reconciliación, incluso a enviar bendiciones para quien ha sido responsable de sembrar desencanto y dolor en nuestras vidas.
Libera tu alma de toda amargura y muestra entrañas de misericordia para quien te haya herido.

Y es bueno que te preguntes… ¿Nunca has herido a alguien? ¿Te gustaría ser perdonado? Entonces hazlo, primero contigo mismo y luego con los demás. De esta manera, conseguirás no sólo la paz que buscas sino que habrás crecido en el amor y el perdón… y Jesús, presente en cada uno de nosotros te lo agradecerá y te devolverá multiplicadas, todas las bendiciones que pidas por tu agresor.

Siry

lunes, 8 de febrero de 2010

Para considerar.... Esas Pequeñas Cosas que nos haran Felices


ESCRITO POR REGINA BRETT, 90 AÑOS DE EDAD,
DE "THE PLAIN DEALER", CLEVELAND, OHIO...

Para celebrar que envejecía, una vez escribí 45 lecciones que la vida me enseñó.
Es la columna más leída que he escrito.
En agosto cumplí 90 años, así que decidí publicar la columna una vez más:

1. La vida no es justa, pero aún así es buena.

2. Cuando tengas una duda, sólo toma el siguiente paso pequeño que venga.

3. La vida es muy corta como para gastar tiempo odiando a alguien.

4. Tu trabajo no se encargará de ti cuando te enfermes, tus amigos y padres lo harán. Mantente en contacto con ellos.

5. Paga tus tarjetas de crédito cada mes.

6. No tienes que ganar cada discusión. Acuerda en que desacuerdas...

7. Llora con alguien. Te sana más que llorar solo.

8. Está bien enojarse con Dios, ÉL lo puede soportar.

9. Ahorra para tu jubilación empezando desde el primer cheque, y si tienes dinero compártelo con tus amigos que mas estimas, los de la juventud.

10. Cuando se trata de chocolate, resistirse es inútil.

11. ; Haz paz con tu pasado, así no te malogrará tu presente.

12. Está bien dejar que tus hijos te vean llorar.

13. No te compares con otros. No tienes idea del viaje que ellos llevan.

14. Si una relación debe ser en secreto, entonces no deberías estar en ella.

15. Todo puede cambiar con un solo pestañear. Pero no te preocupes, Dios nunca pestañea.

16. Respira profundo. Relaja la mente.

17. Deshazte de todo lo que no sea útil, bonito o alegre.

18. Lo que no te mata, de verdad te hace más fuerte.

19. Nunca es tarde para tener una infancia feliz. Pero la segunda depende de ti y de nadie más.

20. Cuando se trata de ir tras lo que amas en la vida, no tomes un NO como respuesta.

21. Quema las velas, usa los manteles finos, ponte lencería fina. No los guardes para ocasiones especiales, hoy es especial.

22. Prepárate mucho, después anda con la corriente.

23. Se excéntrico ahora. No esperes a ser viejo para usar púrpura.

24. El órgano sexual más importante es el cerebro.

25. Nadie está a cargo de tu felicidad, excepto tú.

26. Etiqueta cada uno de esos llamados desastres con esta frase: "En 5 años, ¿esto importará?"

27. Siempre escoge la vida.

28. Perdona a todo y a todos.

29. Lo que otros piensan de ti no es tu problema.

30. El tiempo cura casi todo. Dale o date tiempo.

31. Por más buena o mala que una situación sea, va a cambiar.

32. No te tomes tan en serio. Nadie más lo hace.

33. Cree en los milagros.

34. Dios te ama por quien eres, no por nada que hayas hecho o dejado de hacer.

35. No audiciones para la vida. Preséntate y haz lo mejor de ella.

36. Envejecer es una mejor alternativa que morir joven.

37. Tus hijos solo tienen una infancia.

38. Todo lo que importa al final es que hayas amado.

39. Sal todos los días. Los milagros están esperando en todas partes.

40. Si todos tiráramos nuestros problemas en una fuente viéramos los problemas del resto, agarraríamos nuestro saco de nuevo.

41. La envidia es una pérdida de tiempo. Ya tienes todo lo que necesitas.

42. Lo mejor está por venir.

43. No importa cómo te sientas, levántate, cámbiate y preséntate.

44. Cede.

45. La vida no tiene un moño encima, pero aún así es un regalo.

Recuerda, los amigos son la familia que nosotros escogemos.